3 dic 2012

JORGE ALTAMIRA: "EL OPERATIVO TRASPASO DEL SUBTE SE SACA LA CARETA"

El gobierno nacional ‘estatista’, ‘progresista’, ‘populista’ y ‘antiimperialista’, ¿no sabía acaso que al transferir la gestión del subte a un gobierno ‘derechista’, ‘neoliberal’ y ‘privatista’, el resultado inevitable sería la aplicación de un ajuste social antipopular y la embestida contra un sindicato nacido desde abajo contra uno de los sectores más corruptos de la burocracia sindical?

¿No sabía que con esa transferencia a un gobierno que el propio kirchnerismo califica de elitista y antiobrero, habilitaba el camino para revertir una conquista histórica de los que trabajan bajo la superficie, como la jornada de 6 horas, impuestas como consecuencia de un proyecto de ley presentado por el Partido Obrero, de una batalla legislativa empeñada por todos los activistas del subte y los partidos de izquierda?

Lo sabía perfectamente. Lo que ha hecho el gobierno nacional es ‘tercerizar el ajuste’ a través del macrismo, su agente de derecha en la gestión porteña, con el cual comparte negocios inmobiliarios de gran porte, gestionados a través de bancos como el Hipotecario y el Macro, que forman parte del riñón de ambos gobiernos.

¿Para qué queremos un ‘gobierno nacional y popular’?, si éste fuerza a los trabajadores del subte a lidiar con un gobierno privatizador, en lugar de retener la gestión del servicio para mejor realizar las aspiraciones de obreros y usuarios.

Estamos ante un operativo de porte mayúsculo, que consiste en desarrollar un proyecto de gobierno sobre la base de una derrota del gremialismo combativo. Este proyecto de poder del macrismo cuenta con la complicidad, si no el apoyo directo, del gobierno nacional y las burocracias sindicales. No es casual que el gobierno de Cristina Kirchner insista en negar la personería sindical a los trabajadores del subte y defienda a rajatablas el monopolio de la corruptísima burocracia de UTA – una de las patas decisivas de la CGT oficialista de Caló. ¿Por qué algunos oficialistas reprochan a Macri que haya firmado una ‘paritaria’ con UTA y Metrovías si esto es lo mismo que hace el gobierno nacional? El cristinismo recalcitrante está dispuesto a ofrecerle una ‘victoria’ al macrismo a cambio de asegurar su programa de ajuste, que combina el cepo cambiario con el sa! larial, por un lado, y los tarifazos e impuestazos, por el otro.

Las provocaciones de Macri, Roggio y UTA contra los trabajadores del subte están ligadas al proyecto legislativo local para autorizar aumentos impositivos y tarifarios y para prohibir el derecho de huelga con el pretexto de que se trataría de un ‘servicio esencial’. Los bloques legislativos porteños, incluido el kirchnerismo, se han avenido al tratamiento de este proyecto, con el pretexto de reformarlo, que apunta a la quiebra de la capacidad de defensa de uno de los sectores fundamentales de la clase obrera en la Ciudad. El objetivo ulterior, que ya se ha hecho público, es derogar la jornada de seis horas para el personal de boletería y administrativo, en una primera etapa.

Una parte crucial de este operativo es el anuncio de una probable estatización de la concesión, por parte del privatizador Macri, que denunciamos como una cortina de humo para convalidar todo el saqueo ya realizado por el pulpo Roggio, y proceder a una mayor tercerización del servicio y a una nueva privatización. Queda al desnudo el fraude que constituye la reivindicación del estatismo a ultranza y en abstracto. En oposición a este fraude, exigimos la gestión pública del servicio bajo control de los trabajadores, que deben ser investidos también de la tarea de investigar los negociados del grupo Roggio y la malversación que ha hecho de los subsidios del Estado. Una gestión privada financiada con dinero del estado, equivale a una estatización al servicio del capital y de los funcionarios corruptos.

1. Retiro inmediato del proyecto de ley de traspaso del subte a la Ciudad y rechazo incondicional de cualquier limitación al derecho de huelga. Carácter irrenunciable de la soberanía sindical en la defensa de los trabajadores, frente a las patronales y al Estado

2. Que el gobierno de Cristina Kirchner reconozca de inmediato al sindicato del subte y convoque a la paritaria sectorial. Intangibilidad de la jornada de seis horas.

3. Intervención al conjunto de actividades y negocios del grupo Roggio, para investigar los fraudes cometidos en la gestión del subterráneo.

4. Gestión estatal del subte bajo control de representantes electos y revocables de los trabajadores.



Jorge Altamira, ex legislador porteño, autor de la ley de jornada de seis horas en el subte (2002), ex candidato a Presidente de la Nación por el Frente de Izquierda.

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